Por Nevenka Bou Copier
Cuando Ada, protagonista de la exitosa serie turca “Mi otra yo”, está pasando por un momento de desconcierto y dudas en su vida, es que a sus manos llega el libro “Este dolor no es mío”, el cual la adentra en un viaje al autoconocimiento que estará lleno de altos y bajos.
En su libro, el autor Mark Wolynn, es quien nos plantea la idea de que muchos de nuestros patrones de comportamiento y creencias limitantes pueden provenir de nuestros antepasados. Estos patrones fueron heredados de generación en generación a través de los traumas vividos por nuestros ancestros, los cuales afectan nuestras conductas, emociones, relaciones, entre otros, aspectos del diario vivir.
Wolynn relata que dentro de su propio viaje de autoconocimiento (el cual comienza cuando a los 34 años emprende una travesía por el sudeste asiático en búsqueda de respuestas y sanación a una temprana pérdida de la visión, dejando atrás toda su “exitosa vida” en Estados Unidos), entendió que “los grandes maestros comprenden que nuestro origen afecta a nuestro destino y que lo que queda por resolver de nuestro pasado influye sobre nuestro presente. Saben (los grandes maestros) que nuestros padres tienen importancia, con independencia de si saben ser buenos padres o no. Es innegable: la historia de nuestra familia es nuestra historia. Reside en nosotros, nos guste o no. No podemos deshacernos de nuestros padres ni suprimirlos, sea cual sea la historia que tengamos con ellos. Ellos están en nosotros y nosotros formamos parte de ellos, aunque ni siquiera hayamos llegado a conocerlos. Si los rechazamos, solo conseguimos distanciarnos más de nosotros mismos y crear más sufrimiento”.
Esta cita es clave para entender que, en pocas palabras, aquello de lo que trata este libro, lo cual es comprender que la historia de los que vinieron antes que nosotros sigue teniendo un lugar en el presente hasta que los traumas, dolores y miedos sean sanados conscientemente en el hoy.
Muchos se preguntarán “pero, yo nunca conocí a mis padres/abuelos/antepasados ¿cómo puedo conocer sobre su historia? ¿cómo sabré si ésta me afecta?”. Son dudas muy válidas, similares a las que yo misma me planteé al inicio de la lectura, pero el autor en las primeras páginas nos adentra en las respuestas.
Es a través de nuestro lenguaje que podremos conocer sobre aquello que nos está frenando la vida. Como él le llama, el “lenguaje nuclear”: “Empleo preguntas concretas para ayudar a las personas a que descubran la causa raíz de los síntomas físicos y emocionales que los tienen empantanados. Al descubrir el lenguaje adecuado, no solo queda al descubierto el trauma, sino que se desvelan las herramientas y las imágenes necesarias para la curación. Aplicando este método, he sido testigo de cómo basta una comprensión iluminadora, que llega en un instante, para cambiar unas pautas muy arraigadas de depresión, de ansiedad y de vacío. El vehículo que emplearemos para este viaje es el lenguaje, lenguaje enterrado de nuestras inquietudes y de nuestros miedos. Es posible que este lenguaje haya vivido dentro de nosotros durante toda nuestra vida. Pudo surgir con nuestros padres, o incluso hace más generaciones, por ejemplo, con nuestros bisabuelos. Nuestro lenguaje nuclear se empeña en hacerse oír. Cuando lo seguimos hasta donde nos quiere conducir y escuchamos su relato, tiene el poder de desactivar nuestros miedos más profundos”.
Wolynn explica que, lo anterior no es mera imaginación suya, sino que las nuevas tendencias de psicoterapia hace años que han aprendido a mirar más allá de los traumas del individuo, para tener en cuenta los hechos traumáticos de la historia familiar y social de éste. De hecho, los últimos avances en los campos de la biología celular, la neurociencia, la epigenética y la psicología del desarrollo recalcan la importancia de explorar la historia familiar, remontándose a un mínimo de tres generaciones, si es que se quiere entender los mecanismos subyacentes a las pautas de los traumas y sufrimientos repetitivos en nuestra vida.
Es así como la lectura de este libro nos sumerge en este viaje de autoconocimiento, donde el autor, además de hablarnos sobre su experiencia y camino personal, explica cada nueva información que trae a la mesa con ejemplos e historias reales de aquellos que han llegado a su consulta en búsqueda de ayuda. Asimismo, plantea diversos ejercicios prácticos con los cuales uno como lector puede comenzar su propia travesía de autodescubrimiento.
Este libro es excelente para toda persona que se encuentra en aquella etapa de su vida en la que desea comenzar una búsqueda interior, pero que aún no sabe por dónde iniciarla, ya que, y en palabras del mismo autor, “[…] ninguna experiencia cae en saco roto. Todo lo que nos sucede tiene su valor, con independencia que reconozcamos o no a primera vista su importancia. Todo lo que entra en nuestras vidas nos conduce hacia alguna parte en última instancia”. Claramente, esta lectura nos conduce, como mínimo, a plantearnos nuevas ideas, a revisar nuestra historia familiar y a imaginar algunos aspectos de ellos, pero, por sobre todo, nos da esa chispa de esperanza, la esperanza del bienestar, del cambio y la evolución.